Aunque el granito suele ser la roca más utilizada, también encontramos lápidas de mármol en Toledo. Éste ha sido el material más empleado tradicionalmente con fines funerarios. Sin embargo, debido a que el mármol es una roca más sensible a sufrir deterioros con paso del tiempo, su uso ha quedado bastante limitado en la actualidad. La acción del sol y la intemperie desgastan con relativa rapidez las imágenes y textos grabados en su superficie de forma irreversible.

En la actualidad, aproximadamente 9 de cada 10 lápidas se fabrican en granito. No obstante, debido a que la dureza del granito dificulta notablemente su pulido, no empezó a extenderse su uso hasta hace unas décadas. A día de hoy, gracias a las máquinas de “control numérico” con chorro de arena y agua, es más fácil trabajar sobre roca granítica dejando grabados textos o relieves. Esto ha contribuido notablemente a que se generalice su uso funerario desplazando al mármol y otros materiales.

A pesar de que el granito se haya impuesto por cuestiones meramente prácticas, la presencia de lápidas de mármol en Toledo, en distintos cementerios de la provincia, es considerable. El mármol se distingue por una elegancia, belleza y solemnidad que raramente encontramos en otros materiales.  

Además de mármoles y granitos, aunque en mucha menor proporción, encontramos otro tipo de rocas que pueden ser utilizados en la fabricación de lápidas funerarias. Determinados tipos de areniscas o pizarras pueden ser adecuados, aunque en realidad su uso no es frecuente.

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